Tranvías centenarios de Lisboa
Lisboa es una ciudad surcada por los tranvías, algunos de ellos modernos y muchos de ellos antiguos tranvías de principios del siglo XX. Un auténtico lujo para los turistas que visitan la ciudad, surcar las estrellas calles lisboetas a bordo de uno de los míticos tranvías amarillos de Lisboa, un poco tortuoso para quienes lo necesitan para vivir allí.
Los antiguos tranvías de Lisboa no son sólo un atractivo turístico para hacer una ruta por el centro de la ciudad sino auténticos medios de transporte para los habitantes de la capital lusa. Así el encanto de la ciudad se mezcla con esta característica decadencia de Lisboa.
Para nosotros, los viajeros que llegamos a Lisboa, es un auténtico lujo subirse en una de estas antiguallas en Baixa o Chiado y subir hasta el Castillo de San Jorge, desde donde se divisan unas vistas panorámicas de excepción, con el puente colgante 25 de Abril al fondo, su cristo redentor y los tejados rojos de Lisboa a nuestros pies.
Los tanvías son pequeños, inestables, de madera y muy manuales… si puedes fíjate en el “volante” y el cambio de marchas que tiene que utilizar el conductor… totalmente de otra época.
Hay algunos tranvías, tanto antiguos como nuevos, que van desde el centro de Lisboa hasta el barrio de Belém, donde podrás admirar monumentos como el de Los Descubridores o la Torre de Belém, a parte del magnífico Monasterio de los Jerónimos y varios museos. En este caso, te recomiendo que intentes subirte en un tranvía moderno, pues los antiguos (doy fe de ello) tardan el doble de tiempo en llegar a destino y muchas veces están abarrotados de gente.